Hemos estado unos días en la feria del libro de Sevilla.
Ante la cantidad de ideas y conocimientos adquiridos, voy a hacer una par de entradas como mínimo para contar nuestras experiencias y algún que otro análisis.
Esta primer post tratará principalmente sobre la organización de la feria y su comparación con la de Cáceres (espero que mucha gente se sienta aludida).
Acto de apoyo a la candidatura de Carlos Giménez al Príncipe de Asturias.
En la mesa están Carlos Pacheco y Paco Roca
Obsérvese que estoy hablando de MODELO de organización, no de TAMAÑO de las ciudades, ferias o presupuestos. Un modelo es extrapolable y adaptable.En la mesa están Carlos Pacheco y Paco Roca
Lo primero que voy a comparar es quiénes son los responsables y cómo se organizan.
En Sevilla hay una asociación llamada "Feria del Libro de Sevilla" en la que están presentes todos los sectores interesados en el libro: editores, gremios de libreros, asociaciones culturales, fundaciones, asociaciones de escritores.... Esta asociación organiza la feria, y delega en un director la ejecución de la misma. El director actual es Javier López Yañez, librero de reconocidísimo prestigio. Las instituciones patrocinan y colaboran.
En Cáceres, la feria tiene un comité organizador, presidido por el concejal de cultura de Cáceres (gran conocedor del sector del libro por su profesión de bancario prejubilado), un representante de la Junta de Extremadura (al que le molesta mucho la crítica e intenta acallarla usando cualquier método, por eso dudo de su capacidad de gestión), un representante de la Institución cultural El Brocense (por fin, alguien con la suficiente experiencia como para hacer algo), un representante de la asociación "Libreros por la cultura" (es una asociación totalmente cerrada, con una cuota de inscripción disuasoria de 1.000 €), un representante de la Federación empresarial cacereña (realmente no se que pinta aquí, pero me puedo hacer una idea por su manera de defender la postura de "al que critica la feria, se le prohibe asistir"), un representante de Caja Extremadura (debe ser por las letras de cambio) y un representante de IFECA (D. Rafael Robina, se dedica a organizar ferias sectoriales, pero no hace contrato de uso de la caseta).
Como pueden ver no hay editores privados, ni escritores, ni distribuidoras, ni asociaciones, ni fundaciones. Ante el comité organizador propuse que se incluyeran personas de reconocido prestigio en el mundo del libro, pero me dijeron que era un prepotente (se creían que me refería a mí mismo) y lo rechazaron.
La organización es un reino de Taifas. No hay un coordinador único, ni supervisores, ni tareas definidas y asignadas. La mayoría de las decisiones se toman sobre la marcha, o con los plazos tan ajustados que no da tiempo a revisar (ejemplo: el programa de la feria era un cúmulo de faltas de ortografía por tercer año consecutivo).
Su mayor logro este año ha sido la elaboración de un reglamento de participación copiado del de la feria de Valladolid. Los libreros de Valladolid están que muerden con su feria, pero aquí no deben haberse enterado.... me extraña muchísimo que, por ejemplo, los representantes de Caja Extremadura y la Federación empresarial no lo supieran teniendo como tienen voto en el comité organizador.
Esto da para más. Otro día contaré como nació la asociación "Libreros por la cultura", que parece copiado de un episodio de los Simpsons.
No hay comentarios:
Publicar un comentario