30 junio 2009

Libertad de expresión, web 2.0 y nosotros.

La nueva posibilidad de comunicación masiva proporcionada por la combinación de web 2.0 + buscadores aún no ha sido digerida por la sociedad.

En nuestro sector, he oído decir a voces muy autorizadas que una página de crítica favorable en "Babelia" ya no vale lo mismo que hace 5 años, porque el que quiere tiene a su alcance la opinión de muchas más personas buscando en la blogosfera.

Lo mismo ocurre con los políticos. No todos los que hablamos públicamente de la gestión de los políticos a los que pagamos somos corifeos, y la crítica a su trabajo es más fácil de difundir.


¿Estamos en buen camino? ¿Se están preparando los "criticados" para estos nuevos medios en los que la opinión de una persona puede valer más que la publicidad oficial? ¿Se están tomando medidas para incorporar estas opiniones (a veces mas sólidas que las de los criticados) como valor?

Personalmente (por mi experiencia) creo que no. Se están tomando medidas antiguas para "problemas" nuevos.

Todo esto viene al caso por un artículo que leo en sinpermiso.com, al que llego vía facebook gracias a Roger Michelena. Además, siempre nos fijamos en las grandes intervenciones de la información, cuando ahora el volumen sumado de las pequeñas informaciones (y de las pequeñas intervenciones, seguro) es mayor.

Nuestro blog ha tenido 2 momentos delicados por los contenidos que publicamos.

El primero fue con un editor (que terminó llamándome por teléfono personalmente) por una crítica desfavorable que hicimos de uno de sus libros. Es cierto que la forma que usamos fue distinta a las habituales, y que la crítica se convirtió en demoledora, pero también que no había nada de falso en lo que contábamos. Tras una conversación en la que intercambiamos y defendimos tenazmente puntos de vista, llegamos a un final amistoso sin ponernos de acuerdo.

El segundo ha sido mucho más duro. Ha sido con un político del sector cultural que comenzó amenazándonos con no dejarnos participar en la feria del libro antes de hablar con nosotros, y que después de que nos negáramos a cambiar la línea editorial de nuestro blog (FALTARÍA MÁS) nos ha estado perjudicando económicamente con el descaro y la desfachatez que dan un poco de poder a un mediocre. Cuando me hablan de este pollo, siempre me acuerdo del chiste de los extraterrestres que se encuentran un tricornio (¡¡¡¡¡ me está entrando una mala leche !!!!).


¿Consecuencias hasta ahora?

Para nosotros: nos han costado más caras que a los demás participantes de Cáceres las casetas de la feria del libro y el departamento del que éste inmoral es responsable nos ha dejado de comprar.

Para la feria del libro de Cáceres: sigue siendo un sitio para paniaguar a algunos inútiles antes que una feria del libro, aunque lo sabe cada vez más gente, incluidos algunos responsables que prefieren mirar para otro lado.

Para el que el cargo le queda grande: su desfachatez y su forma de actuar es pública, y mucha gente del sector del libro en España lo sabe y lo tiene en cuenta.

23 junio 2009

Trama & texturas 8

La recibí en pleno inventario y se perdió entre el correo de diez días. Hace un rato he terminado de leerla.


Imprescindible para los profesionales. Esclarecedora para los amantes. Futurista. Clásica.
Pero sobre todo, se nota que es una publicación hecha con muuuuuucho cariño.

Este número lo he leído de una forma distinta. He podido ponerle cara y voz a algunos de los articulistas.

16 junio 2009

Bloomsday


Otro día de celebración literaria. Hoy se celebra que en un 16 de junio transcurre la novela Ulises de James Joyce.

[Wikipedia] [Una página en inglés]

11 junio 2009

¿Por qué los libros huelen a libro?

El olor a libro es perfectamente reconocible y da a las librerías una sensualidad característica.

Vía Libreros, en La petite Claudine encuentro lo siguiente:

Si tienen algun libro viejo y se les ha oscurecido, con ese color tostado uniforme de los libros que envejecen bien, ábranlo por cualquier página y entierren allí la nariz. ¿No huele a vainilla? El motivo, según descubrí hace unas semanas, es la Lignina.
La Lignina es el polímero orgánico más abundante en el mundo vegetal. Su trabajo es, a grandes rasgos, darle firmeza a la madera para que los árboles permanezcan erguidos más allá de los dos metros de alto y no los devoren los microorganismos y enzimas. Es, en definitiva, un endurecedor. Según leo, las empresas papeleras gestionan la cantidad de lignina de acuerdo a sus necesidades: mucha para el cartón y el papel de embalar, que deben ser resistentes y pueden ser de color marrón; menos para los periódicos (que total caducan en un día) y muy poca lignina para los libros, para que se conserven blancos el mayor tiempo posible.

Cuando la lignina se oxida, pasan dos cosas. La primera es que el papel amarillea, por eso nuestros libros viejos están tostados por los bordes y más blancos por el centro. La segunda es el olor. Aparentemente, la lignina es prima hermana de la vainillina, estrella de la industria perfumera desde que fuera sintetizada por Ferdinand Tiemann y Wilhelm Haarmann en 1874 a partir de la savia de pino. Por eso cuando entramos en una biblioteca llena de libros antiguos, entre el polvo y la madera, podemos oler la vainilla, el perfume favorito de los amantes de los libros y un reclamo natural que te hace querer quedarte en esos lugares maravillosos para siempre.
Lo libros nuevos tienen poca lignina; algunos no tienen ninguna y por eso cada vez amarillean menos y huelen siempre igual de mal.
No me digan vds. que no es interesante.

07 junio 2009

Cory Doctorow

Cory Doctorow es, entre otras muchas cosas que le han hecho célebre, escritor de novelas de ciencia-ficción. También es un blogero de reconocido prestigio.


Fue el primero en publicar sus libros bajo licencia Creative commons no comercial. Es un decidido defensor del copyleft y predica con el ejemplo.

Sus novelas se pueden descargar gratuitamente en inglés desde Project Gutenberg. Si se quieren conseguir en soporte papel, en España se ha publicado una de sus obras, Tocando fondo, en la editorial AJEC.

Gracias a Juanmiguel León, de la asociación CONOMUN por dármelo a conocer.