Hace unos meses hice un enlace a un artículo de El país que por acontecimientos personales ha vuelto a mi presente.
El artículo, que tiene el sesgo político del periódico que lo publica, es perfectamente aplicable a otras comunidades autónomas o ciudades. Personalmente encuentro que encaja perfectamente en la ciudad en la que vivo, e incluso que se queda corto (¡¡¡¡aquí se conceden subvenciones por los pasillos, sin proyecto y de palabra!!!!!)
El motivo de volver a enlazar el artículo, y recomendar vivamente su lectura, es que con mis palabras no soy capaz de describir la situación como este señor: a mi me salen improperios e insultos cada dos palabras, especialmente a la hora de definir la catadura moral de los subvencionados "profesionales".
También me gustaría que algunas personas entiendan mi postura respecto a las actividades culturales como negocio rentable por las subvenciones, y que vean que no es ni mucho menos, nueva.
Mi entrada en el blog de fecha 3 de octubre de 2009
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