Mi colaboración en el diario Hoy.
Indignado, no sólo con los políticos
Tardará mucho en olvidárseme el despilfarro de lo de las velas en la parte antigua: costó 60.000 euros y duró lo que tarda en arder la cera. Es un ejemplo perfecto de lo que fue la política cultural de la alcaldesa Carmen Heras: mucho dinero para actuaciones espectaculares y efímeras, pero que no aportaban nada al tejido cultural de la ciudad. Es lo máximo que se puede hacer si usas la Concejalía de Cultura como moneda política. Todo orientado al corto plazo, a ser posible con rendimiento (publicitario) inmediato.
De lo que fue la política municipal de subvenciones, mejor no hablar. Lo que debería ser apoyo a la industria cultural y a los creativos, y preservar la cultura minoritaria se convirtió en una competencia directa a empresas por medio de apoyo económico a otras empresas (no elegidas necesariamente por su calidad) o a asociaciones culturales que disimulaban bastante mal su ánimo de lucro.El disponer de dinero público abundante con el que entrar avasallando en el mercado elimina la selección por méritos cualitativos sustituyéndola por una selección por fidelidades. Me consta una subvención concedida, sin proyecto y de palabra, prácticamente en un pasillo, por una concejala a una empresa que después sentó un representante en el consejo municipal de cultura: hoy por ti, mañana por mí.No sabemos qué hará el nuevo gobierno local en materia de cultura. Lo que es seguro es que en los próximos meses veremos cerrar a varias empresas y asociaciones que hasta ahora se habían mantenido casi exclusivamente por las subvenciones. Otras, aunque también vivan del dinero público, sabrán adaptarse a las nuevas circunstancias y cambiarán su oferta 'extracultura' para adecuarla a los gustos del que ahora tiene la llave de la caja.
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