21 enero 2012

Estupidez

Mi colaboración periódica de esta semana en la sección local del diario Hoy.

ESTUPIDEZ
Que levante la mano el que no haya cometido nunca una estupidez. A ver, usted, el que ha levantado la mano: deje de hacer el estúpido y bájela. 
La cualidad de la estupidez campa a sus anchas por nuestra sociedad. Basta salir a la calle, ver la televisión un rato, escuchar la radio, leer un periódico (por ejemplo este artículo) para darse cuenta de ello. El estúpido, según nos cuenta Umberto Eco en 'Nadie acabará con los libros' se diferencia del tonto y del imbécil en que su déficit no es social, sino lógico. A primera vista parece que razona de forma correcta, y es difícil darse cuenta enseguida de que no es así. Por eso es peligroso. 
El máximo grado de estupidez lo tenemos cuando al elegido por la naturaleza se le dota de un amplificador artificial. Puede ser un cargo político, un espacio en un medio de comunicación, o más recientemente una cuenta en una red social. Los efectos de tal combinación son desastrosos, y más si encadenan varios: imagínense un estúpido en un cargo público, con una columna de opinión en un periódico y una cuenta en twitter. Devastador. 
Si quieren profundizar un poco más en los casos de los políticos, pueden leer 'Por qué las personas inteligentes cometen estupideces', de Paolo Legrenzi. Lamentablemente no aparecen casos de españoles, pero para tener algún ejemplo únicamente tienen ustedes que asomarse por la ventana. 
Eco, en el libro que les indiqué antes, cita la divertidísima paradoja de Owen: «Todas las personas son imbéciles excepto usted y yo. Pero también usted, si le digo la verdad, ahora que lo pienso....».

Y para que tengan vds. un ejemplo de estupidez cometida por un político local, aquí les dejo un retwitt de nuestro expresidente Guillermo Fernandez Vara, a quien de vez en cuando le da por hacer el troll:

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