Vía Roger Michelena en Facebook, en Todo es historieta.
10 razones para volverte loco por los comics
1. No son baratos, pero quedan de puta madre en tu biblioteca (suelen ocupar más espacio que los libros “normales”).
2. Al ser narraciones visuales, se dejan hojear fácil. Los estás releyendo todo el tiempo, por lo que su relación precio-utilidad es excelente (véase el inicio del punto 1).
3. Ahora, desde que irrumpió el prestigio de la novela gráfica, ya no se consideran lecturas para adolescentes (o para gente que no quiere dejar de serlo), así que podés disfrutar del placer infantil que generan sin remordimientos.
4. Por otra parte, ser fanático de los comics todavía es una especie de rareza. Aprovechalo para construir tu individualidad. En cualquier fiesta, mencionarlo como al pasar te vuelve un 25% más interesante (excepto que el tema de la charla sea la inseguridad: en ese caso, paráte y andáte).
5. La fauna que se reúne en torno a los comics es bastante curiosa, un ecosistema completamente nuevo para conocer. Los autores suelen ser tirando a tímidos, un pizca naïf (o intentan que creamos eso, malditos). Los dueños de comiquerías, por el contrario, son unos cabrones nerviosos y engreídos, que actúan como si tuvieran algo que todos quisiéramos tener (lo tienen, en realidad). Los fanáticos-fanáticos son insufribles y te pueden linchar por decir que la capa de Batman es azul oscura en vez de negra. Los que escribimos sobre comics somos, somos… somos pocos, básicamente.
6. En este preciso momento se está viviendo una edad de oro del comic. Sería una tontería quedarte afuera. En muchísimos países del mundo (incluyendo el nuestro) surgen cada año camadas de excelentes autores que abordan temas de lo más diversos: desde la literatura del yo hasta el periodismo, de la ciencia ficción a las reflexiones existenciales o el erotismo.
7. La historieta es una forma de arte en expansión, que todavía va en busca de su cima y no está en caída libre como el rock, la novela o las artes plásticas. Unos cuantos críticos literarios de renombre aseguran que los comics van a reemplazar a la novela como el “lenguaje de nuestra época”, ya que se ajustan como un guante a la realidad visual y fragmentada que impusieron en nuestras vidas Internet y sus derivados. Quizás tengan razón.
8. Dejando de lado al manga japonés y a los superhéroes americanos, no existe una industria de comics propiamente dicha. Por lo tanto, los autores de historietas se impulsan básicamente por placer y pasión (nadie les va a pagar un fortuna por hacer lo que hacen). Comparémoslo, por ejemplo, con las artes plásticas: el Picasso de estos tiempos es Damien Hirst, un tipo que pasará a la historia por haberse forrado de guita llevando al extremo la mercantilización de la experiencia artística. Crear es vender, ergo el artista más grande es el que más caro vende. Lo que haga es lo de menos.
9. La vida tendría sentido si más no fuera abrir los ojos un día para leer el Pequeño Nemo en el País de los Sueños, La Balada del Mar Salado, El Eternauta, La Feria de los Inmortales, El Ultimo Recreo, Akira, Píldoras Azules o Persépolis. Y cerrarlos después.
10. ¿Les dije que los comics quedan estupendos en la biblioteca?
El fin de año siempre trae vientos de cambio, ya saben, tirar viejos papeles, jubilar ropa que no te ponés, cosas así. En Ñ están pensando en dar de baja algunos de los blogs que no funcionan como deberían y temo que éste vaya a entrar en la lista de exterminios. Así que no me quería diluir en el magma de la chatarra digital sin decir lo dicho arriba.
El post original, aquí.
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